Andy Rourke: un ícono del bajo británico
Andrew Rourke, el bajista principal de The Smiths, dejó este mundo a los 59 años, víctima de una enfermedad prolongada causada por un cáncer pancreático. Su fallecimiento, anunciado por Johnny Marr, compañero de banda y amigo desde la infancia, ha dejado un vacío en el panorama musical.
Tras las bambalinas: las raíces de la leyenda
Rourke, originalmente guitarrista, fue persuadido por Marr para probar el bajo. Este cambio, resultado de sesiones de ensayo durante los recreos escolares en Manchester, marcaría el inicio de su inconfundible estilo melódico, convirtiendo el bajo en su sello de identidad.
The Smiths: auge y controversia
El ingreso de Rourke a The Smiths se produjo días después de su formación. Junto a Marr y el carismático líder Morrissey, Rourke ayudó a moldear la banda sonora de la década de 1980 con clásicos como "Discharming Man" y "Heaven Knows Im Miserable Now".
Sin embargo, no todo fue armonía en la banda. Disputas monetarias surgieron tras la disolución del grupo, desembocando en un largo litigio. Rourke y el baterista Mike Joyce demandaron a Morrissey y Marr por el reparto de beneficios, un conflicto que se prolongaría hasta 1989.
Vida después de The Smiths
Tras su paso por The Smiths, Rourke se unió a diversas bandas e intérpretes de Manchester y más allá. Apareció en pistas de Morrissey como "The Last of the Famous International Playboys" e "Interesting Drug". Además, tuvo el privilegio de colaborar con The Pretenders, Badly Drawn Boy, Killing Joke, Sinead O'Connor y otros artistas renombrados.
El eco de su legado: homenajes y recordatorios
El legado de Rourke se extiende más allá de su música. Mike Joyce lo recordó como el «bajista más talentoso» y un «tipo dulce y divertido». Mat Osman, bajista de Suede, lo describió como un «bajista inusual cuyo sonido se reconoce de inmediato».
Por otro lado, sus antiguos compañeros Morrissey y Marr también han querido despedirse públicamente de Rourke.
He aquí el texto íntegro de la declaración de Morrissey:
A veces, una de las cosas más radicales que se pueden hacer es hablar claro. Cuando alguien muere, salen los halagos habituales... como si su muerte estuviera ahí para ser utilizada. No estoy dispuesto a hacer esto con Andy. Sólo espero ... donde quiera que Andy haya ido ... que esté bien. Él nunca morirá mientras su música se escuche. Él nunca conoció su propio poder, y nada de lo que tocaba había sido tocado por otra persona. Su distinción era tan estupenda y poco convencional que demostró que se podía hacer. También era muy, muy divertido y muy feliz, y después de Smiths, mantuvo una identidad estable - nunca ningún movimiento fabricado. Supongo que, al final de todo, esperamos sentir que se nos valora. Andy no tiene por qué preocuparse por eso.
Johnny Marr, por su parte, ha escrito un elogio más largo para Rourke en Instagram, recordando su tiempo juntos como compañeros de banda y amigos de la infancia. Esto es lo que ha escrito:
Andy y yo nos conocimos en el colegio en 1975. Éramos los mejores amigos, íbamos juntos a todas partes. Cuando teníamos quince años me mudé a su casa con él y sus tres hermanos y pronto me di cuenta de que mi amigo era una de esas raras personas que no le caen mal a nadie.
Andy y yo pasábamos todo el tiempo estudiando música, divirtiéndonos y trabajando para convertirnos en los mejores músicos que podíamos llegar a ser. Por aquel entonces Andy tocaba la guitarra, y muy bien, pero fue cuando cogió el bajo cuando encontró su verdadera vocación y floreció su singular talento.
Durante nuestra adolescencia tocamos en varias bandas por el sur de Manchester antes de hacernos famosos con The Smiths de 1982 a 1987, y fue en esos discos de los Smiths donde Andy reinventó lo que es ser bajista.
Estuve presente en cada una de las tomas de bajo de Andy en cada sesión de los Smiths. A veces estaba allí como productor y otras simplemente como su orgulloso compañero y animador. Verle tocar esas deslumbrantes líneas de bajo era un privilegio absoluto y algo realmente digno de contemplar. Pero una ocasión que siempre me viene a la memoria fue cuando me senté a su lado en la mesa de mezclas viéndole tocar el bajo en la canción The Queen Is Dead. Fue tan impresionante que me dije: "Nunca olvidaré este momento".
Mantuvimos nuestra amistad a lo largo de los años, sin importar dónde estuviéramos o qué estuviera pasando, y es un motivo de orgullo personal, a la vez que de tristeza, que la última vez que Andy tocó en un escenario fue conmigo y mi banda en el Maddison Square Garden en septiembre de 2022.
Fue un momento especial que compartimos con mi familia y su esposa y alma gemela Francesca.Andy siempre será recordado, como un alma amable y hermosa por todos los que lo conocieron, y como un músico supremamente dotado por la gente que ama la música.
Bien hecho Andy. Te echaremos de menos, hermano.
Reflexión final: la melodía eterna de Andy Rourke
El legado de Andy Rourke perdura en la memoria colectiva, tanto en los acordes de sus canciones como en los corazones de quienes tuvieron el placer de conocerlo. Su influencia como bajista y su espíritu amable continuarán resonando en la escena musical, recordándonos que, aunque ha partido, su música sigue viva.